Puestos a elegir entre la verdad y el placer de buscarla, elegiríamos lo segundo.
La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de verdad.
La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla.
La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama.
No son inútiles la verdad y la ternura. No padezca.
Si la verdad falta a su voz, la palabra, como un vano cohete, caerá apagada a tierra, en el silencio de la noche.
Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas. Y la verdad se busca con humildad.
La verdad padece, pero no perece.
Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad.
Lo que satisface el alma es la verdad.
Nada es verdad, todo está permitido. " Cartas del yagé " (1963), William Burroughs